Revitalizando Ciudad Colonial de Santo Domingo hacia la resiliencia climática y la sostenibilidad habitacional y económica

República Dominicana es reconocida como uno de los principales destinos turísticos del Caribe y Centro América. Además de ser un destino de referencia por sus playas, el Gobierno dominicano, con el apoyo del BID, también busca fortalecer su atractivo turístico en sus centros históricos, como la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD).

Con el pasar de los años, las viviendas patrimoniales en Ciudad Colonial han sido modificadas y divididas empíricamente por sus habitantes, impactando en el deterioro de la calidad habitacional y del confort de sus habitantes, generando baja atractividad comercial y turística de su zona colonial.

En este contexto, los trabajos del BID en el mejoramiento de viviendas demuestran cómo el hecho de promover las condiciones de habitabilidad bajo criterios de sostenibilidad ambiental, mejora la atractividad turística de CCSD y además contribuye a la estrategia de acción climática del país, ayudando a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, y aumentando la resiliencia climática.

Ciudad Colonial de Santo Domingo, el núcleo urbano más antiguo de la ciudad, fue el primer asentamiento europeo en el continente americano y sirvió como modelo urbanístico para otras ciudades coloniales en el continente. A la fecha, continúa concentrando activos patrimoniales y culturales de gran relevancia que favorece estratégicamente a la industria turística de la ciudad y del país.

La historia patrimonial arquitectónica de CCSD se refleja a través de sus impresionantes fachadas. En su concepción resalta una transformación de la arquitectura colonial española de los primeros años del siglo XVI a las necesidades socioculturales y ambientales propias de la región. En sus barrios se pueden observar edificaciones configuradas con grandes ventanales y pórticos perimetrales que en conjunto garantizaban la circulación de aire fresco e iluminación natural al interior y en fusión con fachadas abalconadas de influencia francesa, generaban espacios confortables de sombra.

Edificaciones patrimoniales, Hotel Gran Europa, Barrio Santa Bárbara. 
Fuente Google View, fecha de imagen marzo 2019.

Hoy en día, la demanda residencial y comercial ha disminuido en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, a pesar del valor patrimonial y cultural que posee como en otros centros históricos de la región. La zona ha empezado a caracterizarse por albergar hogares en condiciones de marginalidad y segregación, con una alta presencia de familias de bajos ingresos, y altos grados de degradación urbano espacial.

Desde la perspectiva arquitectónica, se percibe el deterioro natural de las edificaciones y la obsolescencia habitacional, que en conjunto acentúan fallas en componentes estructurales, como las cubiertas, dejándolas propensas a fenómenos hidrometeorológicos. Cabe destacar que República Dominicana sufre eventos recurrentes de lluvias extremas, ciclones tropicales y sequías; entre 1871 y 2018, más de 100 ciclones tropicales impactaron la nación directamente.

Edificaciones patrimoniales, con espacios comerciales en Barrio Santa Bárbara, actualmente desocupados.
Fuente Google View, fecha de imagen marzo 2019.

Un estudio realizado en CCSD destaca cómo las edificaciones residenciales patrimoniales de gran tamaño se fueron transformando en pequeños espacios comerciales; modificando sus grandes ventanales en puertas pequeñas, tapiando pórticos, y manteniendo pequeñas aberturas para ventanas. Asimismo, sus ambientes se fueron desmembrando en dos o más unidades de vivienda, eliminando patios, traspatios y huertas; limitando las condiciones sanitarias e incidiendo en la densificación ocupacional.

En respuesta a la necesidad de dinamización comercial y residencial de la zona se perdió el equilibrio armónico entre la concepción arquitectónica patrimonial y las condiciones climáticas de CCSD. Los cambios arquitectónicos empíricos repercutieron en bajas condiciones de habitabilidad; al reducir y cerrar los espacios interiores se incidió en la disminución de iluminación y ventilación natural, y por consecuencia en un significativo aumento de la temperatura al interior de los espacios habitables.

Este escenario ha originado el uso forzoso de aparatos eléctricos de ventilación e iluminación para recrear espacios más confortables y habitables. Esto impacta el gasto familiar por el aumento del consumo de energía eléctrica, contribuyendo al impacto climático. En consecuencia, es posible divisar en la actualidad por un lado, el abandono de varias edificaciones, y por el otro, la limitación del bienestar de los usuarios que residen en Ciudad Colonial.


Edificaciones patrimoniales en Barrio Santa Bárbara, se destacan pórticos y ventanales tapiados.
Fuente Google View, fecha de imagen marzo 2019.

En complemento al Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la CCSD impulsado por el BID e implementado por el Ministerio de Turismo, se desarrolla una operación de US$3,37 millones (EUR3,21 millones) financiada por una donación de la Unión Europea. La operación contempla la revitalización de CCSD como eje estratégico de desarrollo turístico y urbanoy prioriza en su actuación el aumento de condiciones de habitabilidad para sus residentes mediante el mejoramiento de vivienda bajo criterios de sostenibilidad ambiental y resiliencia al cambio climático.

La incorporación de nuevos criterios de sostenibilidad ambiental basados en la adopción de medidas arquitectónicas bioclimáticas costo-efectivas (protección solar, aislamiento térmico, ventilación e iluminación natural, entre otras), en las viviendas del programa de mejoramiento de vivienda social garantizarán mejor calidad de vida de sus residentes, dado que tendrán mejores condiciones de confort, y menores gastos en consumo de energía y agua, contribuyendo así a la eficiencia contra el cambio climático, y aportando beneficios que trascienden a ahorros económicos e ingresos comerciales.

En consideración a la vulnerabilidad climática de la región, se impulsa además, la adopción de estrategias arquitectónicas y estructurales que promueven edificaciones más resilientes; pese a que su consideración tiende a incrementar los costos de inversión inicial, permite generar ahorros a lo largo de su ciclo de vida debido a la disminución en el costo de operación y mantenimiento.

Ciudad Colonial de Santo Domingo va rumbo a convertirse en un centro turístico y cultural de reconocimiento en la región. Su impacto generará la diversificación del turismo en República Dominicana, y su resultado se reflejará directamente en el bienestar sus residentes.



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